ocaraf
Una vez...
Una vez hubo un hombre
que nunca dijo: mío.
Llamó en las puertas del mundo,
llamó en mi corazón.
Hablaba con palabras
que parecían palomas.
Las cosas a su lado
se ponían blancas.
Le nacía en los ojos un alba
como un río de luz,
o como un mar lejano de gaviotas.
Un bálsamo de amor
tenía aquel hombre
para éste mi dolor
sin nombre.
Celso Emilio Ferreiro