ocaraf
Los errabundos
Los errantes, los que van por el mundo, de un sitio a otro sin dirección, sin objetivo, porque no importa dónde lleguen... seguirán errando, porque su objetivo es la errabundez misma: un estado letal de la mente similar -quizás- a la iluminación espiritual, pero un poco a oscuras... Hablo y evoco a Lord Byron, el príncipe de los Errabundos. Responsable y autor de estos versos:
So we'll go no more a roving Ya no erraremos más So late into the night, en lo más nocturno de la noche Though the heart be still as loving, aunque el corazón rebose amor And the moon be still as bright. y la luna continue brillando igual.
For the sword outwears its sheath, Así supere la espada a su vaina,
And the soul wears out the breast, así el alma desgarre el pecho
And the heart must pause to breathe, y el corazón necesite respirar
And Love itself have rest. y el mismísimo Amor una pausa.
Though the night was made for loving, Aunque la noche esté hecha para amar
And the day returns too soon, y el día regrese demasiado pronto,
Yet we'll go no more a roving ya no erraremos más
By the light of the moon. bajo la luz de la Luna.
Más tarde, el poema rebrotó en "The Jolly Beggar", colección de aires populares recogidas por David Herd en su Cancionero Scottish Songs en 1776. Y con este estribillo:
And we'll gang nae mair a roving
Sae late into the night,
And we'll gang nae mair a roving, boys,
Let the moon shine ne'er sae bright.
And we'll gang nae mair a roving.
Y luego lo han cantado, glosado o manoseado Joan Baez, Marianne Faithful (entre otros músicos), Ray Bradbury en sus Crónicas marcianas, y muy diversos personajes de la literatura, el choubusines, el cine y la televisión... Es increíble el poder de unos versos errabundos del más errabundo de los errantes. E incomprensible para mí.
Lo único que me cuadra es que en 2004, Leonard Cohen lo incluyera en su repertorio. A Cohen le hubiera encantado ser tan errante -y tan guapo- como Byron. Aunque su canción, (un canto-glosa-manoseo más) parezca una canción de excursión de niñas pijas y redunde en el misterio de que lo errabundo se convierta en errabundez.
A pesar del tono rotundo de lo arriba escrito, y por lo que yo mismo pueda tener de errabundo, aquí queda mi homenaje: