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Paco
Brines
Teníamos que subir todos juntos
el más hermoso monte

Vives ya en la estación del tiempo rezagado:
lo has llamado el otoño de las rosas.
Aspíralas y enciéndete. Y escucha,
cuando el cielo se apague, el silencio del mundo.
Y así, de un mundo débil
y una existencia torpe, nace, breve, el amor.
«El hombre es la nada siendo».
Unos construyen sus casas y otros andan por los bosques; porque el destino del hombre es el amor,
y cada uno tiene su propia lucha y su propio camino.
Yo sé que olí un jazmín
en la infancia
una tarde
y no existió la tarde.
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